Siempre me han dicho que cada quien tiene a alguien para compartir el resto de su vida con ellos. Yo al principio me lo creía, creía en el amor, en la esperanza, en las mariposas en el estómago al ver a esa persona, pero descubrí que todo es una mentira, que el amor no existe. Muchos de ustedes dirán, "¿quien hizo que cambiaras de opinión?" "¿quien te lastimó?". Pues la respuesta es muy simple, él, sí, él hizo que no creyera en el amor, él hizo que todas mis esperanzas murieran.
Duele saber que tu amiga a la que tanto quieres, te quite al hombre que amas solo por sentirse mejor. La vida me ha enseñado que por mucho que quieras a alguien, no siempre te querrá y que esas "señales" qué crees qué hay , solo son ilusiones de tu mente.
Gracias a él entendí que el amor no existe, todo es una ilusión, deben de pensar "te hizo mucho daño ¿no?" Pues no les puedo mentir, me dolió mucho, pero si quieren saber porque, quédense aquí hasta el final. Esta es mi historia.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.