A veces las cosas salen al revés. Los diarios no son como los que salen en Pinterest, primero de bachillerato son ganas de tirarse por una ventana constantes y no te puedes olvidar de tu ex. Además, que los ojos y oídos del instituto te regale regaliz no elimina la tensión. Darío solo quiere olvidarse de su crush, pero las comisuras de sus labios siempre parecen tirar hacia abajo. (Hallo! Bueno, esta es la primera historia que subo, así que probablemente esté llena de pequeños errores. Por favor, sentiros libres de corredirme si es necesario.) (Sí, sé que la portada es horrible, pero es lo máximo que mis dotes de diseño gráfico me permiten)
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