La Nación: 22 5 18 4 5 · 13 15 18 1 4 15 · 1 26 21 12

* Primera Parte *

Cuando un ser humano muere, su existencia terrenal finaliza, evidentemente. No obstante, aquel deceso puede significar el inicio de otra cosa como por ejemplo: una vida nueva, una causa por la cual luchar, una investigación para profundizar, una decisión o una serie de decisiones por tomar...

Debe haber existido una afinidad de mentalidades, comportamientos, emociones, para que los demás decidieran seguirle, aceptaran como suya esas ideas, difundirlas y luchar por ellas como si su vida dependiese de ello.

Curioso que, por intentar mejorar a las naciones, a la raza humana, las ideas más brillantes pudiesen tornarse completamente perversas sólo por tropezar con la mente equivocada.
Una mente tan egoísta, avara, traicionera y terriblemente cruel, y todo para obtener fama, poder, riqueza... Para sentirse omnipotente.

Y es así como las buenas personas son lastimadas, sus sueños, sus emociones y sentimientos, su personalidad, su ser entero en pocas palabras.

Es así como causas tan extraordinariamente excepcionales terminan convirtiéndose en lo contrario, hiriendo a diestra y siniestra a todos los demás involucrados o no, cumpliendo objetivos jamás planteados.

Así pues, la historia a continuación, eventualmente, evidenciará lo expresado
anteriormente.