Con el paso de los años, decenas, cientos y miles de generaciones han sido testigos de cada una de las etapas de nuestro planeta, el lugar donde vivimos y en el cual creamos nuestra propia historia; una historia de la cual somos dueños, creada a través de decisiones tomadas por nosotros mismos, o, tal vez manipuladas por alguien más, momentos que recordaremos de una manera especial, o, que quizá querramos eliminarlos de nuestra memoria, pero que cada uno de ellos nos hará crecer como persona, ya está en nosotros si buscamos dejar una marca y de que modo para que nuestro nombre sea recordado.
Está en nosotros si creamos una versión original como persona, sin miedo a las críticas y al éxito; tú más que nadie que está leyendo esto, has vivido o estás por vivir lo que es el "rechazo a tu generación" donde te cuestionan cada acción que llevas a cabo, cada paso que das, tratando de no dejarte avanzar y quitándote la oportunidad de experimentar, de vivir y de disfrutar lo que fue, es o será tu juventud, la etapa más criticada en la vida pero también la más realizada.
Actualmente la realidad que nos ha tocado a las nuevas generaciones es un tanto dura y cruda, buscamos sobrellevarla a nuestro modo, y al parecer eso nos convierte en PECADORES
Dicen que en la vida todos tenemos tres amores. El primero es el que llega en la adolescencia, inocente, te llena de ilusiones. El segundo te enseña el dolor y te aferras a él aún sabiendo que no es para ti. Ese amor que hubieras deseado que fuera para siempre, pero te ayudó a madurar. El tercer amor es el que no esperabas que ocurriera, pero dejas que pase sin crear expectativas, solo eres tú dejando que te sorprenda. Es el que cura las heridas y te hace feliz. Es el que te enseña a querer de verdad. Es el verdadero amor.
Está historia está dedicada a todos aquellos que siguen teniendo heridas que sanar de ese segundo amor. No tengan miedo de avanzar. No cierren su corazón, aunque esté en mil pedazos. Algo mejor está por llegar.