Él era conocido como el chico abiertamente gay. Orgulloso y feliz. Rodeado de un grupo de amigos fiables y dispuesto a vivir para siempre con el amor de su vida. Ella era conocida como la chica abiertamente lesbiana. Machona y caliente por un par de tetas. Feliz de tener a su grupo de amigas y dispuesta a meterse pronto dentro de algunas bragas. Para ambos fue difícil aceptar que no eran similares a sus compañeros, fue difícil decirles a sus padres que no tendrían nietos biológicos de manera tradicional, fue difícil tener que lidiar con todas aquellas personas que en un inicio les señalaron como fenómenos. Pero habían podido superarlo, habían luchado con su identidad, habían luchado con aceptarse como eran. Entonces, la cuestión era ¿cómo demonios fueron a parar en la misma cama y sin protección? ¿Qué harían si la prueba daba positivo? ¿Y por qué se sentían bien estando juntos? Aquello no cuadraba, era casi imposible. Historia juvenil Prohibida su copia.