- ¡lo siento! - las lágrimas escurrian de los ojos cristalizados de aquella chica, resbalandose por sus mofletes - no soy de piedra, por que incluso hasta el más loco tiene sentimientos, hasta el más despiadado le tiembla el corazón, hasta la que cree tener corazón de piedra... tiene una pequeña esperanza de por fin amar y ser amada- así fue como salió por la puerta azotandola por detrás con el corazón lastimado de nueva cuenta