En la vida, muchas veces -y casi a cada paso- pasan cosas que nos descolocan, y nos entumecen en solo llegar a imaginarnos que el presente instantáneamente sufre cambios drásticos. Ocurre en un micro-segundo, justo cuando sentís que algo dentro tuyo se rompe, y en ese mismo momento analizas todo el conjunto de acciones que justifican el nuevo sentir. Mi micro-segundo pareció eterno. Pero se redujo al pasar de un auto, en una tarde del mes de Abril, en mi ciudad. A tan solo 2 cuadras de mi casa. Se trata del auto de una persona que me lastimó y destrozó mil veces, pero también de la persona que me enseñó verdaderamente lo que es el apego emocional. Pensé que no iba a ser así. Después de meses sin saber absolutamente nada de él, me imaginé que si en algún momento llegaba a verlo, o a casualmente cruzarme en su camino, lo mínimo que iba a hacer es insultarlo, o simplemente que no me iba a causar nada. Pero me desarmó completamente. Me desvistió, me arrancó la carcasa que llevo por fuera.All Rights Reserved
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