Mía es una chica observadora, amable y curiosa que viaja mucho a causa del trabajo de su padre, pero cuando éste consigue un empleo fijo, se van a vivir a un pueblo en el que vivieron alguna vez cuando ella era muy pequeña.
Entra en un parque que le llama la atención y se encuentra por accidente con un chico llamado Zeth, el destino se encarga de unirlos en distintas ocasiones, ya sea en el día a día o en las peligrosas noches, iniciando así su enamoramiento, ella desea saber más acerca de él y de su forma de ver las cosas pero, el chico en cuestión no se lo permite, debido a que cree que algo peligroso podría sucederle; sin comprender la gravedad de la situación, Mía decide investigar un poco más sobre él para comprender su forma de ser y de actuar, una vez consigue suficiente información se acerca a él cuando se encuentra en una crisis, y Zeth, harto de no vivir su vida plenamente se abre a ella por completo, consciente de que ello tendrá consecuencias graves, pero admite finalmente que prefiere vivir una vida corta y feliz a su lado, que una larga vida llena de culpa, arrepentimiento y soledad.
Las consecuencias llegan finalmente y él hará todo lo que esté en sus manos para protegerla a toda costa, así tenga que sacrificar su propia vida.
De esta forma, ella podrá ver así las cosas a través de los ojos de un preso de la soledad.