En un mundo donde todos los planos se conectan y, la esperanza de sobrevivir es poca, estas conexiones solo pueden traer caos a quienes podemos llegar a verlo, o a los que rodeamos el círculo cercano a esos planos, como es el pueblo en el que vivo, un pueblo chico, y por cómo lo llamo ''maldito'' o para hacerlo más leve ''embrujado'', o como mi abuela decía '' en lazado a lo mágico''.
Steelpool, mi pueblo.
Steelpool tan chico y tan poco conocido que no se cree poblado, estando tan pegados a un bosque, Quién podría pensarlo, ¿no?
Este es el lugar donde nace esta historia, mi historia, ¿y quién soy yo? Soy Hera, y soy la combinación de estos planos y el mundo ''real''.
Historia en proceso, se suplica no hacer plagio ya que me costo muchísimo
[Desgaste rápido + Mimos grupales + Lider femenina gentil + Escoria aplastante]
Su Zhiruan había muerto inesperadamente y estaba atada al Sistema de parto.
Completar tareas le haría ganar la vida eterna y una riqueza inagotable.
¡Esto suena genial! En su última vida, no tuvo hijos. Después de unirse al sistema, fue bendecida con muchos hijos y fue mimada hasta el cielo por el protagonista masculino.
¡Todos sus hijos eran obedientes, sensatos y fáciles de criar, lo que la convirtió en una verdadera portadora de fortuna!
[Escenario uno]: Cinco años después del reinado del Emperador, el harén no había producido descendencia. Después de una noche de pasión con Su Zhiruan, el harén se llenó de príncipes y princesas.
El Emperador los adoraba incluso durante las sesiones de la corte, dejando de lado su comportamiento imperial para jugar con los niños y enseñar personalmente a los príncipes. Su mirada hacia Su Zhiruan se volvió cada vez más ferviente.
"Querida, ¿te gustaría ser mi Emperatriz y juntas cuidar de nuestros hijos, convirtiéndote en mi esposa por encima de todas las demás?"
[Escenario dos]: Se rumoreaba que el caballero más misterioso de la capital estaba discapacitado. Se acercaba a la mediana edad y no tenía descendencia.
Sus parientes lo observaban con curiosidad y deseaban su muerte a diario.
La llegada de Su Zhiruan desbarató por completo sus planes, ya que ella le dio a este apuesto hombre una prole de hijos.
Cuando pensó en irse, él la abrazó, sus ojos normalmente fríos y orgullosos llenos de súplica. Su voz era profunda y baja.
"Esposa, por favor no me dejes a mí ni a nuestros hijos. Te lo ruego".