Jeon jung kook es un chico común y corriente, de casi 17 años,no tiene hermanos,ni amigos ya que sus compañeros de clase lo consideran raro,sus padres nunca están por su trabajo
Su actitud es tierna,inocente,linda,es un poco depresivo,serio,frío,calculador,y no se deja disociar por nadie. Siempre sonríe pero son tan falsas que asta un siego lo ve,no conoce lo que es el amor pero eso acapara cuando lo conozca a el
Kim tae hyung un famoso narcotraficante de todo Corea,de 25 años,tiene 4 hermanos dos mujeres y dos varones,10 primos 6 varones y 4 mujeres todos y todas narcos
Es serio,frío y calculador. No confía en nadie solo en su familia, le gustas jugar con las personas,matar por diversión,y le gusta enamorar a las personas para acostarse y después portarlas como si fuera cualquier cosa
Pero que pasara cuando secuestre a un chico de no más 17 o 16 años,cambiará por el
Advertencias,esta historia contiene:
Sexo explícito
Narcotráfico
Embarazos(mujeres al igual que de hombres)
Palabras fuertes
Muertes de alguno de los personajes
Opción
Amor
Prohibido copias u adaptaciones
Ella siempre había deseado que finalmente aquellos ojos que tanto admiraba un día se fijaran en su dirección.
Observaba embelesada como sus manos recorrían aquella guitarra, con su cabello rubio descansando sobre sus hombros y su semblante enigmático y atrapante. Anhelaba con todas sus fuerzas tenerlo para ella al menos una noche, saber que se sentía estar a su lado.
Él, no era más que una máquina diseñada para atraer mujeres cómo ella y alimentarse de su cuerpo sin ningún tipo de piedad.
Guido Sardelli había decidido hace más de veinte años dejar de ocultarse, dejar de vivir entre las sombras del anonimato y usar aquellos talentos que su condición les había otorgado a él y a sus hermanos a su favor.
Cuándo un día, en un concierto cómo tantos otros, la mirada de aquel rubio finalmente se encuentre con la de la chica, su vida dará un giro de 180 grados. Pronto se verá inmersa en un mundo que esconde muchos más terrores de los que alguna vez pudo imaginar.
«Él se volvió adicto a mi sangre, pero yo me volví adicta a la forma tan suave que tiene de arrebatarmela.»
A veces hay que tener cuidado con lo que deseas.