UN AMOR QUE TENIA QUE SER

Año 2004 , ciudad Bogotá, hora, una de esas en que aún no es demasiado tarde para que el sol se oculte, pero tampoco demasiado temprano como para no sentir las sombras acercándose a la ciudad y el gris característico que comienza a apropiarse de esta cuando atardece y más en los día lluviosos de abril, en un barrio popular de esta ciudad se encuentran sucediendo cosas, se están formando historias, personas ríen, personas lloran, algunas incluso están sin existir, y es esta es la historia de una de aquellas personas, de esas del común, de esas que existen, que aman, sufren, ríen, lloran, pelean, luchan, sudan, se enferman y se mejoran, es la historia de Marlon un pelado de esos que viven una vida dura, difícil, sufrida desde la infancia, pero que cada día se levantan, para ver que pueden hacer con ella, como la pueden enfrentar con verraquera, pero no sólo es su historia, porque para hablar de su historia debemos hablar también de Diana, una niña que se podría llamar una niña bien, que aunque quizás no tiene todos los lujos, sus padres han intentado proteger del mundo corrupto, sucio, dañado, del mundo real, y que se encontrara de repente y por culpa del amor, sumergida en la más cruda realidad, en esa que se entreteje con distintos matices y en el cual puede ser muy fácil perder la dirección, una historia en la cual se puede pasar de la alegría a la tristeza, de la tranquilidad a la angustia y en la cual la gente no es buena ni mala, donde todos aciertan y se equivocan y donde al parecer no todos van a ser finales felices.