Toshinori nunca había tenido verdadera suerte en el amor. Era algo patético decirlo y hasta pesimista si se miraba bien, después de todo, el amor siempre te deja alguna que otra buena experiencia o al final te hace mucho más sabio -aunque suene cursi y hasta algo trillado- de lo que eras. Pero una cosa era querer rechazar que nunca tuvo algo bueno en el amor, a decir que realmente no tenia suerte, en especial porque cada uno de ellos, ya fueran relaciones sacadas de amores lentos o amores a primera vista, todas terminaron con el corazón del rubio hecho trizas. Es por eso que cuando aquella noche en el bar, con Nemuri sentada, con sus ojos azules brillado con interés detrás de sus lentes rojos, preguntándole acerca de sus relaciones, Yagi no pudo evitar atragantarse un poco con su té.