No soy el típico chico popular en la universidad pero no pasaba de desapercibido. Para todos era el chico que todas las mujeres deseaban pero había un problema... soy gay. Era un chico el cual se hacía respetar e imponía el miedo en los pasillos. Aún con mi físico y con mi acento dulce podía lograr que más de uno temblara al pasar a su lado. Siempre tuve esa fama de jugar con los chicos que querían algo conmigo. Me divertía y era algo que me subía un poco el ego, no se los voy a negar. Nunca me enamore y no estaba en mis planes tampoco. Ningún chico llegaba a los talones de mi chico ideal. Ninguno, hasta que llegó él, haciendo que todos mis estándares se derrumben. *SE PROHÍBEN CUALQUIER TIPO DE ADAPTACIÓN SIN PREGUNTARME ANTES*