Su imagen inundaba mi mente de una forma que no podía explicar. Era en lo único que pensaba, todo el tiempo...no podía dejar de fantasear con él. En cómo sería tocarlo, besarlo. En cómo sería sentir su aroma, sus brazos en mi cuerpo. Pero eso era imposible. Qué podía hacer una chica como yo al respecto? Nada, solo esperar que los planetas se alineasen, una estrella fugaz cumpliera mi deseo, y un milagro se materializase, y eso era improbable. Tenía que aceptar el hecho de que jamás podría mirar esos hermosos ojos azules y verme reflejada en ellos, tenía que aceptar que jamás sonreiría por mí...