A veces, el enemigo lo tenemos en casa, a veces somos nosotros mismos. A Taiga le tocó aprender que los padres no siempre tienen la razón. A Daiki, el dolor destruye paraísos y que el café no sólo ayuda con el sueño, cura la tristeza y atrae a las tormentas. Observó la puerta con los ojos entrecerrado, la mejilla picándole por los labios. Sí, ese hombre lo iba a terminar de matar, pero la cuestión es, ¿de ternura o enfado? ¿Cómo el fuego puede vivir sin el aire? ¿Cómo vive el hombre sin puertos? Éste fanfic participa en el evento "AoKaga day" del grupo AoKaga 5x10