-. ¿Te gusta?-Empujó con fuerzas sus caderas, y el sonido de los golpes frecuentes de sus caderas se oían de fondo.-Vamos nena, déjame oírte gemir.-Subía y bajaba sus manos por la cadera de ella.
-. Más rápido, por favor-. Se retorcía, he inclinaba más abajo para darle un mejor acceso a su ya mojada vulva, el chirrido de la cama, pareciese qué está iba romperse.
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Carlota nunca había deseado tanto vivir su vida sexual abiertamente siendo una fría, y seria chica. Todo aquel qué conocía, al menos debía haber pasado ya sus manos por dentro de ella, en vez de molestarse solo se sentía más deseable.
Me metí en este juego de alto riesgo por una sola razón: salvar a mi hermano de una deuda que lo estaba consumiendo. Pero nada podía prepararme para lo que encontré al entrar en este mundo de apuestas y secretos. Mi hermano estaba allí, pero no estaba solo. Y entonces, mi corazón se detuvo al ver una cara que creía haber olvidado para siempre... la de mi ex pareja.