Louis y Zayn son mejores amigos y compañeros de apartamento, llevan una vida relativamente normal, hasta que un día llega al edificio un dulce joven que cautiva a ambos. Sonrisa hermosa, piel blanca, rizos color chocolate, pero sobre todo una aura pura y tranquila acompañada de una mirada esmeralda que a cualquiera podría hechizar, ese es Harry Styles un adolescente que es la inocencia personificada o eso es lo que todos creen. - ¿Ya se van? - ¿Cómo te soltaste? - pregunto extrañado Zayn, mientras Louis veía a Harry con sorpresa. - Quiero seguir jugando - la voz dulce no iba para nada con la sonrisa macabra que se estaba formando en su rostro.