Tras un par de años de su infortunado accidente causado por su enamoramiento platónico por Silvia Buitrago en Cartagena de Indias, Cameron Lule jura tenerla en vilo cuando se vuelvan a encontrar. No hay nada más humillante en el ego de un crío u hombre poderoso y deseable, alabado por cientos de mujer e implorado por otras más, que una de ellas se digne a pasar de él; Cameron Lule no dejará pasar esta ridícula situación y volverá más sexy, enigmático y prepotente que antes, porque si dudo en algún momento de su poder con esta mujer para esta ocasión solo vendrá a reivindicar su orgullo herido. Al decidir volver a su tierra natal Silvia Buitrago no espera que el conocer a una nueva persona acarreara reencontrarse con una jugada de mal gusto que le hizo el destino tiempo atrás, contraponer lo que siempre le había gustado por lo que la estaba comenzando a tentar la ha tenido en vilo desde el momento que se cruzó con él. Hoy años después tendrá que lidiar con la turbiedad que la hizo desterrar y el publicista que no pudo olvidar, pero con una variable, aquel hombre no se arrastrará ni un segundo más por esa exótica mujer que más que deseo le hizo conocer; sufrirá los daños colaterales de los chistes negros de la vida y estará dispuesta a ir detrás de lo que no quiso perseguir, con su vida en peligro y entregando su corazón al hombre que perdió el suyo por ella años atrás. Dos polos del mismo imán. Dos ramas del mismo árbol. Dos puntas del mismo hilo. Dos caballos del mismo carro alado. Tan seductores como nunca y testarudos como siempre. Orgullosos e indomables como amantes mentales. Y en qué momento la concupiscencia contra la catarsis se pondrá en la misma balanza definiendo si es mejor ver lo que no quiso verse y hacer lo que no se pudo hacer. [CONOCE LA II ENTREGA DE ESTOS HERMANOS, NARRADA EN SU PASADO Y CONTINUADA EN SU PRESENTE]
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