Mi respiración se agitó, estaba en la parte mas alta de un edificio, sentía el vértigo en mis pies, mis manos temblaban y sudaban a causa de los nervios y la altura, estaba arta, cansada y me sentía asfixiada, hacia tiempo no pensaba en esto, hacia tiempo que había calmado estas ganas esta sensación todo esto. Di una mirada colocándome en la orilla de aquel piso ¿cual seria? 18, 19 o tal vez el 20 la gente se veía pequeña desde esa altura los autos se movían y nada se detenía, conmigo o sin mi eso no cambiaría, pero sentía miedo, había tomado mi decisión y nadie sabia donde estaba y tampoco sabrían porque lo haría, no deje notas en mi casa, queme mis cuadernos y diarios, no había evidencia de una razón solo la que yo conocía, la de no poder continuar, vi el cielo y nuevamente hacia abajo,seria tan cobarde que ni siquiera podría hacerlo de frente me puse de espaldas al precipicio y me deje caer con los brazos extendidos, durante el descenso no deje de ver el cielo....
¿quieres conocer la razón? porque solo existe una.
Desde hace más de 3000 años, el Halloween ha sido una época de misterio y magia. Se cree que en esta noche los espíritus deambulan por la Tierra, acompañados de criaturas mágicas como hadas y demonios. Para Alyssa, esta festividad era la más emocionante de todas. Le encantaba disfrazarse y dejar volar su imaginación sin límites. Pero, ¿qué pasaría si descubriera que algunas leyendas y cuentos no son solo producto de la fantasía?
Ten cuidado, porque los monstruos más temibles se esconden detrás de máscaras. Y, ¿qué tal una máscara de un dios de ojos azules como el hielo y un cuerpo que hace temblar de deseo, vestido de cuero? Alessa no debía llamar la atención de ese enigmático hombre, pero el miedo tiene muchos ojos y puede ver cosas que están debajo de la tierra. A veces, el mundo de los vivos se entrelaza con el de los muertos.
Deja que el terror forme parte de esta noche mágica, porque ahora eres la obsesión de un monstruo sensual y ardiente. Todo lo que siempre has deseado está al otro lado del miedo.
¿Te atreverás a enfrentarlo?