Era un día, hace cinco meses o más. Justin se
ofreció a llevarme a casa —Estaba lloviendo—. La
lluvia ese día era muy fuerte, si no aceptaba tendría
que irme a buscar el busco, o caminando y agarraría
una gran gripa y vamos, ¿Quién no aceptaría que
Justin Bieber la montara en su auto? Acepte, tenia —
tengo— una atracción por este chico.
El camino a casa fue, ¿Cómo decirlo? Silencioso,
ninguno de los dos dijo palabra alguna, le di mi
dirección, él tardo algunos minutos en llegar a mi
casa.
—Espera. —Dijo antes de que pudiera agarrar la
perilla para salir del auto.
Un maldito “Espera” había cambiado todo, y lo había
convertido en la mierda que es ahora, para así
decirlo.
—¿Se encuentran tus padres en casa? —Sin entender
el porqué de la pregunta, conteste:
—No, solo vivo con mi madre y ella pasa más en el
trabajo que en casa. —Él asintió, y dijo:
—¿Me invitarías a pasar?
¿Qué mierda?
Justin nunca me había hablado, bueno lo hacía pero
solo un “Hola” y era rara y contada la vez, ¿Por qué
mi