"Esta no es una historia post-apocalíptica, es un diario, no trata del fin del mundo, es una metáfora, porque mi vida solo da para eso, metáforas, sueños y teorías"
~May Lee Wadlow
No soy Anna Frank, pero ciertamente soy tan humana como ella, no soy Paulo Coelho, pero tengo tanto derecho de escribir como él, no soy nada más que una simple chica viviendo entre mortales, con la leve diferencia de que tal vez esté interactuando con un asesino en este momentos, aunque bueno... eso no te lo podría decir, gente muere, y, no se sabe que hacer, con suerte seré una de ellas, pero con la constancia de este, mi diario, espero que salve más vidas de las que yo.
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.