No es conveniente provocar al mal, aunque éste se presente como un simple juego. Víctor Stelling tuvo que aprender ésto de la peor forma posible cuando accedió a jugar a las escondidas con quien no debía por culpa de una apuesta con su mejor amigo. Se dará cuenta demasiado tarde que nada es lo que parece y tendrá que enfrentarse cara a cara contra un ente demoníaco que lo buscará para matarlo y a sus demás compañeros. Primera regla del juego... No negocies con un demonio, si no estás dispuesto a pagar su precio. ¿podrá Víctor sobrevivir a este juego mortal y salvar su vida y la de sus amigos?