"Soy yo, yo las he escrito, no él" se le oyó declarar, tras gestos apocados que delataban su congoja. Fue aquel instante donde le dirigió una mirada infranqueable al amor. '-Hazlo', suscitaba tal sentimiento. Una emperifollada imagen que lo dejó pusilánime de más oraciones que salieran de sí. Sin el valor necesario para poder confesarse ante él.