Una vieja leyenda de Japón, nos dice que nacemos con un hilo rojo invisible en nuestro dedo meñique, que este es el encargado de unirnos con aquella persona con quien estamos destinados a estar juntos... Ellos eran los detectives de mas alto nivel que había en todo Japón, hijos de jefes de la policía con gran importancia y dinero. Por el momento, ellos solo querían ascender al puesto de sus padres, tal vez luego casarse con una chica linda, honesta, de buenos principios... Una mujer perfecta en pocas palabras. Ellas, mujeres encarceladas por robo y asesinato de personas importantes en el país, mujeres que habían vivido con desgracia a una corta edad, padeciendo pobreza e injusticia de las personas con poder, especialmente por los hombres.