Se apoyó en la puerta según la cerró. Hizo una mochila con lo imprescindible, unas mudas, gafas de sol, un buen fajo de efectivo, no quería a nadie detrás suyo, sería como un fantasma, y se dirigió hacia la salida. Según se acercaba a su moto se le iba formando una sonrisa de medio lado, su prez la había mandado una misión que no podía rechazar, después de tantos años sin volver a pisar su antiguo pueblo ahora se presentaba la oportunidad, había estado fuera por años, años en los cuales había cambiado de todas las maneras posibles, ya no tenía nada que ver con esa chica rota y solitaria, ahora pertenecía a una hermandad de mujeres valientes, fuertes y sobre todo libres, las Valquirias MC.