En el verano de 2018, conocí a la persona que daría a mi vida un giro de 180°, conocí a esa persona que hizo que me diera con un canto en los dientes al romper todas mis expectativas, porque me acabé enamorando perdidamente de él, de su sonrisa, de su manera de ser y de su gran corazón. Os puedo garantizar que hasta la fecha, no he querido a nadie más como lo quise a él.
Por sorpresa, fuimos novios durante unos meses, y en las Navidades, decidí regalarle esta novela ya que él es un aficionado a la lectura, con la intención de que disfrutase de su hobby mientras se acordaba de mí, también para que me conociera mejor a través de la historia y que viera qué supuso para mí, haberle conocido, todo esto, metaforizado desde el clásico éxito de Disney, "La Bella y la Bestia".
A la hora de entregar la novela, se la entregué por capítulos, que, además, iban en una carta, tanto los capítulos como las cartas iban marcadas con una fecha en especial, esa fecha coincidía con eventos importantes para nuestra relación o relacionados con la Navidad, y no podía abrir el sobre hasta el día indicado. Una vez abierto el sobre y leído el capítulo, al final del todo, se encontraba una dedicatoria especial relacionada con esa fecha.
Sacrifiqué tiempo de estudio, de ocio, tiempo que podía haber invertido en mis amistades o en otras actividades, pero sinceramente, no me arrepiento de haberlo sacrificado, pues fui inmensamente feliz haciendo esta novela pensanda en mi novio, en que él también la disfrutaría, y le serviría para conocerme mejor.
Pero por circunstancias personales, terminé la relación, y por hacer justicia a mi trabajo dedicado en esta novela, decidí publicarla aquí, para que podáis disfrutarla y para que se vuelva a valorar mi esfuerzo.
Os puedo garantizar que aquí, en esta novela, tenéis un trocito de mi corazón.
Espero que os sintáis identificados/as en algún momento de la historia.
Mil gracias por leerme.
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.