Lista para celebrar sus veintitrés años, Eliana Corbin descubrió dos cosas que la iban a ayudar a no perder la cabeza. La primera, el amor no era más que sacrificios y malos ratos, todo el tiempo. Según experiencias ajenas, estar enamorada era intenso y complicado, su madre había sido el mejor ejemplo para ello y su cuota de decepciones había llegado al tope. Cuando intento comprender su significado descubrió que no valía la pena perder el tiempo, al final... todos te fallan. Dos... el amor propio sana todas tus heridas.
Cuando conoció a Eric Sandoval jamas pensó que encontraría la solución a todos sus problemas. Él había sido claro desde el inicio, él no era Jonathan. No se trataba de amor, pero por primera vez supo lo que la lujuria significaba. Entonces se pregunto si hacia bien en arriesgarse, de todas formas... seria incapaz de negarse. ¿Quién seria capaz de decirle que no a un Sandoval Uralde? Ella no, por supuesto, pero se aseguró de dejar las cosas claras, Eric no podía enamorarse de ella.
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.