Tener un omega enamorado es realmente un fastidio o al menos eso pensaba YoonGi, quien al ver a tantas parejas juntas le causaba náuseas y un enojo que a la fecha no comprendía porque, sin embargo, con la llegada del nuevo ciclo escolar se topará con el pequeño de mejillas rechonchas, manos pequeñitas, sonrisa encantadora y muchos colores pasteles a su alrededor.
Es entonces cuando YoonGi comprende, el amor simplemente llega cuando menos te lo esperas y sin haberlo buscado, vestido de colores pasteles y unos ojos preciosos, delicado y tímido, con pegatinas de olor pegadas en su rostro y manitas, sí, sin duda el omega que todo alfa desea tener.
Excepto YoonGi, que, con colores obscuros, perforaciones y un aroma a café recién echo con un toque de menta cautivan a JiMin.
El pequeño, al ver que el bonito alfa lo evita decide declararse por medio de cartas, muchas cartas en realidad, pensaba que con sobres de colores, pegatinas brillantes y olores llamativos conquistaría el frio corazón de su alfa.
Porque sí, JiMin supo desde el primer momento en que vio a ese chico pálido con expansiones en los oídos y un bonito olor, lo supo, ese alfa era suyo, le gustase o no.
Porque así lo decidió la Diosa Luna, sabe que aquellos dos chicos se pertenecieron, se pertenecen y se pertenecerán para toda la vida.All Rights Reserved