Ella tomó un colectivo para llegar un poco más temprano al colegio. Ahí dentro se encontraba sin querer aquel chico tímido y atractivo. Él la observó con atención. No podía creer que era tan tierna y hermosa. Mentiría que sus mejillas no son tiernas, ¡son tan regordetas, que dan ganas de apachurrarlos!