_____ Argent tiene la vida destruida. Aún no ha terminado de superar la muerte de sus padres cuando toca a su puerta la noticia de que el único familiar que le quedaba, Alejandro, se vio envuelto en un accidente, y como guinda del pastel, es abandonada por su pareja debido a otra mujer.
Agotando todas sus opciones y sintiéndose desesperanzada, se rinde a la bebida en la barra de un bar del que todos hablan, cuando una de esas noches llega a sus oídos que, por el precio justo, demonios concederían deseos que ni en los sueños más fantásticos pudieras imaginar.
_____, por más escéptica a esos cuentos infantiles que sea y haya sido siempre, se ve tentada luego de encontrarse acorralada. ¿Y por qué no? Si por la vida de su único hermano haría lo que fuese, si es que funcionase para empezar. Sólo tenía que pronunciar unas simples palabras, tan sencillas que parecían broma de algún niño, ¿qué tan difícil puede ser?
«Este ciervo implora a usted, mi señor, el regalo de su bendición por el precio suficiente».
Pero lo que ella no sabía, y de lo que nadie le había advertido, era del peso que contenían aquellas ingenuas palabras.
―Cuidado con esa boquita de miel, florecita, ¿qué harás si el mismo Satán te escuchase?