Cuando nos fundimos en la búsqueda de nosotros mismos, tendemos a esforzarnos más de lo debido. En el proceso nos llevamos decepciones, nos sorprendemos, nos forjamos en algunos aspectos y a la vez vamos quitando esa maleza que no nos permite crecer como personas. Al final, después de un arduo y extenso periodo de trabajo, toca definirnos en un concepto. Unos cuantos son modestos al momento de decir cómo son, otros se esmeran a niveles increíbles llegando a ser exhibicionistas, pero sin importar cómo nos describamos, hay una palabra clave que siempre nos representa. A Rose Hoffman le tocó «pasión». Esta florecilla se verá en conflictos sobre encontrar su raíz, tendrá que ser fuerte durante las tormentas, cambiar su estilo de vida, deberá dejar ir un viejo y tóxico amor para abrirle paso al autodescubrimiento, a la madurez como tal y a una persona que le removerá su pequeño universo.