La gente estaba alarmada, desconsolada: buscaban a sus hijos. Los jóvenes de entre 7 y 20 años estaban desapareciendo en circunstancias misteriosas. Nadie sabía su paradero, pues después de tres años de haber empezado lo que se creía era una masacre infantil, se convirtió en una lucha por sobrevivir. Todos los jóvenes secuestrados tenían dos cosas en común además de su edad: (1)Eran de países latinos, medio oriente o asiáticos. (2)Antes de no volverse a ver, solían tener premoniciones. Unos las decían, otros temían a la burla. La peste moderna había invadido cada rincón del mundo, portando el nombre de "Isifo", y nadie tenía la más remota idea de su misteriosa procedencia. Gobierno, decían unos. Contaminación, decían otros. Los Bumming, decían todos. Los sobrevivientes, siempre eran jóvenes de entre 11 y 24 años, pocos adultos tenían la mala suerte de estar vivos, y, como era de esperarse, los gobiernos cayeron en manos de inexpertos jóvenes quienes tuvieron que arretacar las reglas a la fuerza. La milicia y los militares no eran aliados; siempre estaban en conflictos a muerte. ¿Qué le sucedió a los adultos?
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