Fem!Reader Las mentiras estaban bajo la sombra de personas que prometían ser ángeles, siendo en realidad los jefes de la destrucción. Aquellas terroríficas leyendas acerca de la luna se habían hecho realidad, no de una forma precisa, tal vez de manera más enferma. El demonio atrapado entre sus desgracias sufrió lo que debía sufrir, incluso estando con su salvación. Nadie es de confiar. Las auroras se tornan en ríos de sangre y los cantos se vuelven gritos desesperados. La líder con la corona en alto llorará por la ida de aquel ende destructivo, por su lamentable vida y los recuerdos vacíos. No hubo necesidad de amarse mutuamente para salvarse el uno al otro. Lo único que necesitaron era el odio de aquellos que adoraban la Luna.