¿Alguien puede tener dos estilos de vida totalmente distintos? Pues Emma lo intenta y se topa con varias consecuencias. Por esto mismo, decide que ya es hora de adoptar la forma que realmente necesita. Para eso deberá comparar la madurez de trabajar en un edificio excesivamente formal como administradora (con una muy buena posición económica), o, dejarse llevar por los encantos y el espíritu libre de un extraño que, por primera vez, le produce sonrisas nunca vistas.