Edward Quitman, heredero de la poderosa "Plantación Quitman", es un joven sureño que en el verano de 1943 conoce a Elisabeth Brannick, una muchacha australiana que en esas fechas visita, junto con sus progenitores, a Julissa Brannick, su última pariente americana. Al final del verano Elisabeth regresará a Melbourne muy consternada tras haber vivido muy de cerca unos escabrosos sucesos racistas que conmocionaron la ciudad asentada a orillas del Mississippi. Edward y sus amigos son reclutados en esas fechas y mandados al frente para combatir a los alemanes. A su regreso, Edward, descubre que su vida ha cambiado profundamente y, alentado por sus padres, decide emprender un viaje por mar a bordo del "Sunbeam II", el velero de su propiedad. Durante la larga travesía conoce a Sara, una joven judía de origen austriaco. Años después, en la década de los noventa, Edward Quitman decide hacerse de nuevo a la mar a bordo de su magnífica y entrañable goleta para dirigirse al Gran Norte, en las lejanas tierras de Alaska.