Vivir tranquilamente, sin preocupaciones acerca de lo que pueda ocurrir mañana...solía ser lindo. Levantarse, era el inicio de una aventura. Me gustaba pensar que esos sería eterno, que podría ver el horizonte cada vez que quisiera. Que sobre mis hombros lo único que cargaba era suciedad al final del día. Pero, de súbito, todo me fue arrebatado. Me quitaron mi hogar, mi tranquilidad, mi vida. Tuve que adaptarme a un nuevo ambiente, dejar todo atrás, mis recuerdos...todo. Por supuesto, tuvo repercusiones en lo que soy ahora. Si solía ser divertida, imparable, una radio con patas, ahora era callada, sopesaba todo antes de dar una respuesta, no quería saber nada acerca de un "acompañante" en mi vida, no hay lugar. Sin mis padres, mi hermana me necesitaba y, aunque mi hermano no lo admitiera, él también. Crecí de golpe, tuve que hacerme cargo de todo. En algún momento, mi recompensa llegaría.
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".