Para siempre habré de recordar tres accidentes que me cambiaron la vida, Max, la motocicleta, y Sabrina. Este último sin duda es una de las razones por las que escribo este diario, como terapia para el rencor y el sabor a mierda que deja el óxido del tiempo en la boca. Han pasado treinta años maravillosos, cargados de alegría, de lágrimas, de miseria, de frustración, de dolor y de felicidad. Debo reconocer con el corazón en la mano que desde la primera vez que la vi, no ha habido un solo instante en el que yo haya dejado de pensar en esa mujer de cabellos negros y labios rosados, la que me enredo los pies, la gramática, y la existencia.
Antonio Nava
Mayo 2019
Ella odia la atención
Él adora la fama que tiene como jugador
Ella ama leer
Él ama el fútbol
¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y ella como el defensa del Barça?