Una ciudad con extensas zonas verdes, vivienda accesible para todos, servicios de calidad y arquitectura de primer nivel acaba de nacer. Es el ideal que soñó Carlos Haime para Serena del Mar en 1968.
Ver nacer una nueva ciudad, un lugar ideal, accesible y con una arquitectura envidiable, nos despierta una apabullante emoción; en un mundo en el que no quedan ya lugares por descubrir, en el que las metrópolis se encuentran al límite de su capacidad, dar a luz un flamante trazado urbano es todo un acontecimiento. Serena del Mar, de hecho, se apoda a sí misma "la ciudad soñada", pues nació de la imaginación del colombiano Carlos Haime Baruch.