Erase una vez una niña desafortunada
que creía en los cuentos de hadas.
¡Pobre infeliz!
Aprendió por las malas, que los cuentos
no son mas que inventos.
Y si sobrevivió a una vida de tormento
fue únicamente por su resentimiento.
la vida a veces no es lo que nosotros deseamos y queremos, pero siempre puede haber un cambio rotundo de acontecimientos que nos lleven a que la vida nos abra un camino nuevo.