María José Garzón, era una mujer que podía hacerte tocar el cielo con tan solo un beso, pero estar lejos de ella.... dolía como el mismo infierno.
-Vete, no hagas esto más complicado, calle -soltó.
-Mírame a los ojos, y dime qué no es verdad, María José -le supliqué, llorando.
-Es mejor Así, mi decisión está tomada, Daniela -dijo, intentando secar mis lágrimas con las llemas
de sus dedos.
-Entonces no me toques, no quiero que vuelvas a tocarme nunca más -solté furiosa, apartando su mano de mi rostro.