Algunas personas pensamos que la vida se empeña en colocar pruebas difíciles en nuestro diario vivir. Otras personas aceptamos nuestra realidad sin quejarnos ante los demás, pero existimos personas que, sencillamente, guardamos en alguna parte de nuestros corazones esa pequeña esperanza que nos provoca la fe. Anhelamos tanto cumplir nuestros sueños, pero escondemos esos deseos cuando somos atacados por duros momentos de la vida que no podemos evitar.
Mi nombre es Madel y creía tener suficiente con la enfermedad de mi papá, sin embargo mi mundo se vino abajo cuando le diagnosticaron cáncer de columna a mi mamá.
Muchas veces me he preguntado: ¿Cuánto estamos dispuesto a sacrificarnos por amor a los demás?
Y la pregunta que todos nos hacemos cuando llegan estos duros momentos... ¿Voy a poder cumplir mi sueño en alguna etapa de mi vida? O ¿tengo que renunciar para siempre a ellos?
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