Emma tenía sólo 17 años cuando falleció, se fue a temprana edad sin conocer muchas cosas y conociendo otras pero esa fue su decisión. Al dejar de respirar cambió el destino de las personas que vivían a su alrededor y su espíritu estaría ahí para ver el camino que tomaban sus familiares y amigos. Un camino y una vida en la que ella no estaría.