Insana Dulzura♡

En una fecha perdida en el tiempo, una gitana decidió conjurar a La Luna con esmero.

Un hombre. Eso ella pedía, pues con su vida manchada de soledad ya no quería estar.

Así estuvo toda la noche, esperando que La Luna se apiade de ella y la escuche.

-Tendrás a tu hombre, piel morena -Desde el cielo hablo La Luna llena-. Pero a cambio quiero, mi hijo primero, que lo lleves en tu vientre, eso quiero.

Y la gitana agradecida acepto lo que La Gran lumbrera le pedía.

Poco tiempo después, se cumplió la promesa hecha. Su cale.

Transcurridos nueve meses, de padres morenos, nacen dos mellizos blancos como las ovejas del campo.

Uno de ojos grises, y el otro de azulejos como el cielo de mañana. Y el pobre hombre no entendía que pasaba.

Es que él no entendía que eran niños albinos de La Luna enamorada.

- ¡Estos niños son de un payo! ¡Y yo no me lo callo! -Grito el gitano al creerse deshonrado.

Y sin pensarlo demasiado se fue a su mujer, con cuchillo en mano.

- ¿De quién son los hijos? Esto es un engaño fijo.

Sin esperar respuestas, su cuello cortó.

Luego se hizo al monte, con los niños en brazos, y donde nadie los pudiera ver los abandono.

Pero como era de noche y La Luna se había escondido, sin poder ver bien su camino, por un barranco callo y su vida también se esfumo.

Pero, ¿Qué pretendía hacer La Gran Lumbrera de la noche con un hijo de piel?

Nadie lo sabe.

Lo que sí se puede contar es que, las noches que haya Luna Llena será porque los niños están de buenas. Más si sus Descendientes la añoran, menguara La Luna para ir a su ayuda.

El chiquillo de ojos grises fue nombrado como Demian y Angus fue su hermano mellizo. Ambos, cuidados por La Luna a través de una de sus fieles siervas.

Y nunca se supo más de aquellos dos pequeños inocentes de la maldad que habita en los hombres.

Hasta hoy.