Ꮯ.Ꭼ. eran más que iniciales para grabar en un árbol, rodeadas por el tallado de un órgano flechado. Estas simbolizaban la encarnada perfección del icónico ensueño de revista juvenil, provisto de complexión irresistible, sonrisa aliciente, mirada inolvidable, carisma codiciable, y un alma equivalente a setecientos grandes.
Porque si incluso un quilate quebrantado conserva todavía valor, ¿habría de ser diferente con un corazón surcado por fracturas?
Pues bien, no existe humano que consiga el ser perfecto, y ningún cliché puede evitar que sus estigmas se lleguen a romper. Quizás algunos finalmente lo descubrirían. Quizás algo tarde él mismo entendería que romper palpitares no haría que los suyos suspendieran su doler.
Nadie le dio la garantía de que las alianzas serían justas. Ninguno le advirtió las condiciones que terminarían bajo el telón.
Nunca lo supo.
Y jamás lo sabría.
Porque quedaría para siempre perdidamente enamorado.
De aquella quien se convertiría en su incitante perdición, así como la deleitosa salvación que le costaría cada uno de sus latidos.
Es por eso que jugar con el amor nunca había sido tan dulce. Incluso aún sabiendo que al final se ha de perder.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...