La ausencia, la soledad, el desamor, los prejuicios, los complejos vanos arraigados a este mundo, la aceptación de los demás, la duda, la incertidumbre; pero sobre todo, una vida apartada de la única persona que amaría sin jactarse, sin juzgar. Es la peor sensación que un ser humano puede sentir. Es la ruina de una adolescente inmadura quebrantada por su pasado, y que su única salvación está en las manos de a aquél que la creó, de aquél que la amó. Es el único que puede sanar su desgarrado corazón, hecho añicos por el dolor, esa persona es Dios.
Tamar es una joven aparentemente cristiana, que creé conocer a un Dios invisible. Pero todo cambiará cuando su vida cómoda es transformada por el dolor, el cual la llevará a encontrar la luz.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...