No hay nada más triste que una almohada empapada y un alma desolada. Por qué hasta el corazón más puro no está exento de padecer de esta enfermedad llamada desamor, tristeza o agonía. Al fin y al cabo no tiene nombre, solo se siente y se padece, se vive. De este sentimiento de vacío en el cual te sumerges hasta que te quiebra el alma y te consume. Si, por que va consumiendo poco a poco tu vida, tu alma y llega hasta lo más profundo de ti. Ese rincón donde se aloja y no quiere salir. Y sientes que te hundes cada vez más y te quema, te arde, te lastima...
De la nada la felicidad se nos va, nos abandona o simplemente nos la arrebatan con un simple echo o acción. Por qué hasta el corazón más puro no está exento de ser lastimado, a golpeado, derrotado, simplemente arrancado. Por qué así se siente, como si te arrancaran en carne viva la piel. Una parte de ti lo sabe, sabe muy bien que es muy difícil salir de este vacío, de este sentimiento de dolor, desolación, agonía.
Y te preguntas una y mil veces, ¿en que falle? , ¿por que yo?, ¿que hice mal?, pero no encuentras respuesta, ni consuelo. Y de pronto sientes que nadie te entiende, que estás solo, que solo eres tú y este dolor contra el mundo. ¿Y como seguir adelante? ¿Cómo dejar este sentimiento que poco a poco consume hasta la última fibra de tu ser? Que te apaga, que te cambia. Si, por que el dolor cambia lo que un día fuiste, el dolor mueve todo lo qué hay en ti al igual que el amor, lo sientes hasta en lo más profundo y llega sin ser buscado. ¿Pero como se va? No sabes, simplemente llega y no se quiere ir, hasta que termina contigo y todo lo que un día fuiste.
Y todo esto por un amor, que al final me consumió...All Rights Reserved