Sonó el teléfono celular y mi corazón latió muy fuerte como si quisiera salir de mi pecho, las endorfinas empezaron a inundar todo mi cerebro, mi droga favorita era leer sus textos, tenía muy mala ortografía pero decías cosas muy agradables, palabras que me hacían sentir en las nubes. "Cómo podrían ser cosas del Demonio" si hasta entonces Me hacían tanto bien, me parecía que la hermana Lucía exageraba