Estoy parado en una esquina de once esperando a una desconocida. Una esquina cualquiera. El empleado de una casa de ropa de bebé espanta dos ratones a la calle que intentan entrar en una boca de tormenta rota, pero no lo logran. A lo lejos la veo venir, miro la foto de perfil de WhatsApp. La gente suele poner su mejor foto y esta no era la excepción a la regla. - Hola, Tengo esto que te pertenece. - Gracias, ¿Te debo algo?. - No, este favor ya está pago. - Es mejor que me vaya. Pronosticaron lluvias intensas. Hace ya diez años que no sé nada de su vida. La última vez que hablamos quedamos en eso y lo cumplimos a raja tabla. Encontré el bar adecuado. Las manos me sudaban tanto que mojé la frase que decía "Para José". Me pedí un café y abrí la caja, en el interior había ropa de bebé y una carta. - Hola, se que la última vez dijimos nunca más, pero me enteré de lo que pasó y quise que sepas que estoy acá como siempre lo estuve. Te quiero. Eso era todo. Sus palabras resonaron en todo mi cuerpo. Sentí deseo por besarla, pero ese capítulo estaba cerrado. ¿Tendrá hijos? ¿Se habrá casado? ¿Será feliz?. Esas preguntas iban y venían en mi cabeza mientras caminaba bajo la lluvia. Al llegar a la esquina, uno de los ratones estaba aplastado en el asfalto, del otro, no se sabía nada.All Rights Reserved
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