Para La Novia Que Me Quito A Mi Amigo

A pesar de cuánto nos emparejaban los demás, James y yo siempre fuimos los mejores amigos. Nadie tenía por qué forzarnos a algo más si ninguno de nosotros lo quería. No había tensión cuando nuestras miradas se acercaban demasiado. Para mí sus labios solo eran una fuente de parloteadas y chistes malos que daban risa, no de placer. Era más que un hermano, un compañero de batallas, un hombro para ayudar y al primero que llamaría si tuviera que enterrar un cadáver.

Hace unas semanas, lo veía mucho más alegre, torpe y distraído ¿El motivo? Una nueva estudiante recién llegada a nuestra aula de clase de preparatoria, llamada Danielle. Ella era ese tipo de chicas que te parecía tan frágil que te incitaba a protegerla. Es decir, una fresita más, pero ya tenía embobado a medio salón

James empezó a cambiar. Se preocupa más por su aspecto, empezó a leer poesía y hasta se ponía a ver series románticas y a leer libros de romance(¿Y James desde cuando cogia un libro?) Qué ¡Oh! Sorpresa, eran los favoritos de Danielle.

Admito que yo también fui responsable de lo que ahora me aqueja, pues yo acordándome que soy mujer le daba consejos y planeaba varias cosas para unirlos, solo porque él me lo pedía. Y si, al final ambos se hicieron novios, fue ahí donde todo acabó.

Y para ti, señorita Danielle, ¡Te exijo que lo traigas de vuelta! A cómo era antes que conocerte. Porque de lo contrario, como me llamó Fryda Thompson, ¡Me vas a conocer! ¡Hazlo ya... Por favor! ¡Que yo sé que por tu culpa James tiene moretones y el ojo morado!.

¡Y te extraño, James! Y no maldita sea, no estoy enamorada de él, que tus patas también te hechan de menos (Y me joden con que te amo). Vuelve, o no te podré perdonar, y nadie te salvará.

Portada hecha por @merdelarry