En la búsqueda por un mundo perfecto todo debe cumplir una determinada función para que así funcione el sistema. Buscando desesperadamente la perfección las instituciones educativas cumplen estrictos reglamentos sobre los individuos desde su nacimiento y su estudio, para así identificar cuál será su función y adaptar los para que no conozcan nada más y sean felices como individuos al estar acostumbrados a lo que, de cualquier modo, deberán de hacer. Y así el sistema funcionará correctamente Sin embargo, los humanos no son simple maquinaria que salgan todos igual con número de serie y llegan a aparecer fallos que se niegan a ejercer su labor dentro del sistema de la sociedad. A estos fallos se les llama "anomias" y sólo tienen dos opciones para que no estropeen a la sociedad: o se asimilan al sistema y marchan como uno más, o son eliminados.